lunes, 15 de septiembre de 2014

Camboya, un amanecer inolvidable

El pasado verano nos aventurarnos a recorrer Vietnam de Norte a Sur; guía en mano, con la mochila a cuestas. Mientras preparábamos la ruta, nos dimos cuenta de que íbamos a estar muy cerca del complejo religioso considerado la octava maravilla del mundo: los Templos de Angkor, en Camboya. Así que estaba claro, ésta iba a ser una escala imprescindible en nuestra visita al Sureste Asiático. 
angkor bat
Angkor Bat
Tras aterrizar en Ho Chi Minh (Vietnam) y aclimatarnos, literalmente, durante un par de días al nuevo país, compramos los billetes de autobús y emprendimos el viaje hacia Phnom Penh, capital de la vecina Camboya. 

Nota: para entrar en Camboya únicamente hay que rellenar un formulario y presentar el pasaporte, del que se hace cargo el conductor del autobús. Él es quién lo entrega a las autoridades de la frontera para que extiendan el visado. Ah! y que no se os olviden los 20 $ en efectivo que cuesta el trámite.
En la frontera de Vietnam hay que bajarse del autobús con la mochila para pasar a pie por una oficina de control. Aquí, te entregan el pasaporte ya con el visado para poder entrar en territorio camboyano.


PHNOM PENH

Adelantamientos de vértigo, carreteras prácticamente sin asfaltar, calor, bocinazos constantes y seis horas de autobús después, llegamos a Phnom Penh, que nos recibió con una espectacular tormenta tropical... yuhuuu!

Nada más bajarnos del bus, nos fuimos con uno de múltiples conductores de tuc-tuc que nos asediaron al llegar ofreciéndonos sus "servicios".
Phnom Penh
Phnom Penh
Enseguida te das cuenta que Phnom Penh es una ciudad de contrastes, además del centro político, diplomático y cultural de Camboya. La artería principal que la atraviesa tiene un estilo moderno, con edificios de numerosas empresas occidentales. Cabe destacar que la zona monumental y hotelera está limpia y cuidada, sin embargo, al caminar unas cuantas calles hacia el corazón de la capital se pueden comprobar las condiciones de pobreza en las que vive la mayoría de sus habitantes.
zona turística de Phnom Penh
zona turística de Phnom Penh
Otra de las cosas que me llamó la atención nada más llegar es que los camboyanos, a diferencia de los vietnamitas, que son más bien serios, siempre tienen una sonrisa en los labios; son cercanos y amables.

niños camboyanos
El hotel elegido para nuestra breve estancia fue el Cozyna, situado a orillas del río Mekong, muy cerca, al tiempo, de los principales templos y la zona de ocio más turística. Un sitio recomendable por su ubicación, amplitud de las habitaciones, precio y limpieza. Hago hincapié en lo de la limpieza no porque sea un país sucio, sino porque nos podemos encontrar con alojamientos que no cumplen los estándares a los que estamos acostumbrados; suena pedante, pero es así...

Sigamos. Después de hacer el check-in y de comprar en recepción los billetes de autobús con destino Siem Reap, nos fuimos a patear la ciudad en busca del Palacio Real, las pagodas, los templos y los antiguos monumentos.
templos y pagodas
Templos y pagodas
templos y pagodas

La visita da para muchas horas. Es extraño y curioso caminar por barrios habitados por cientos de budas quinceañeros que buscan un nuevo sentido a su existencia. Ellos no comen mucho, pero nosotros terminamos el día cenando en el precioso restaurante Ngon, dónde pudimos probar la comida tradicional jemer. Días más tarde, descubrimos que se trataba de una cadena restauración y no dudamos en volver allá donde lo encontramos, todo está buenísimo.

Después de cenar, para descargar tensiones tras unos primeros días muy intensos, fuimos a darnos un largo foot massage en un local cercano al hotel.

Camboya es un país pobre y, en general, resulta muy barato, por lo que hay que probar todo lo que se nos ofrece. 
Platos de cocina jemer y foot massage 

CAMINO DE SIEM REAP

Al día siguiente, tocaba madrugar para coger el bus hacia Siem Reap. Otro viajecito de aproximadamente 4 horas que se nos hizo especialmente largo, ya que el bus no tenía aire acondicionado y los asientos, además de duros, estaban rotos. A pesar de todo, el bus es la mejor forma de viajar, se comparte con los oriundos del lugar y se puede disfrutar del paisaje.  Sirve para hacerse una idea de cómo viven fuera de la capital. 
pueblo camboyano
Pueblo camboyano
Durante el trayecto, hicimos una parada "técnica" que aprovechamos para ver el mercado de uno de los pueblos por los que transcurría la ruta, entre otras cosas y necesidades ;-)
mercado en camboya
Mercado
Un piscolabis?


SIEM REAP


Última parada, por fin, Siem Reap!! Ya estamos a escasos 10 km de Angkor...


Después de negociar con varios conductores de tuc-tuc en la estación de autobuses, acordamos un precio con uno de ellos para que nos hiciera de chófer durante los dos días que íbamos a estar de visita. Nos llevó al hotel, precioso como veréis más adelante, dejamos las mochilas y nos fuimos a visitar un pueblo flotante situado a 20 minutos, en tuc-tuc, de Siem Reap: Chong Kneas.

Para vistar dicho poblado, hay que pagar una tasa fija, más otra por la el alquiler de la barca necesaria para remontar el río. No te olvides de regatear, y mucho...

Llegamos al atardecer, minutos antes de que cerraran el acceso y tuvimos suerte, nos tocó una barca para nosotros sólos, en la que, además del patrón, había un estudiante muy simpático que nos hizo de guía a cambio de una propina, claro...

La visita merece muchísimo la pena ya que no se ve todos los días una comunidad que vive en casas-flotantes o barcas a merced de la corriente. 
Nuestros guía y capitán
Los habitantes del pueblo flotante se mueven de un lado a otro en pequeñas barquitas y, según la época del año, trasladan el pueblo más o menos cerca del lago Tonlé Sap.
pueblo flotante
Pueblo flotante
pueblo flotante

casas flotantes de pescadores
Casas de pescadores
En el trayecto, hicimos una parada para visitar la iglesia, la escuela y, de paso, hacer un donativo con la compra de un saco de arroz para los niños.
escuela flotante
Niños a la salida de la escuela
También nos acercamos a una granja flotante de caimanes. Un sacacuartos que no deja de ser soprendente. Es importante no dar dinero a los niños que nos lo pidan, "la mendicidad les aleja de las aulas", decía nuestro guía.
granja flotante de caimanes
Granja flotante de caimanes
No tiene que ser fácil vivir en estas condiciones. 
pueblo flotante
pueblo flotante
Nuestro amable chófer particular nos llevó de vuelta al Moon Boutique Hotel. Un lujazo de sitio que brilla por la amabilidad del servicio, la tranquilidad y lo bonito que es; exceptuando por el ensordecedor e infinito "canto" de las ranas toro.
moon boutique hotel
Moon Boutique Hotel
Al día siguiente, nos levantamos a las 4 de la mañana para, con el tuc-tuc, llegar antes de las 5am a los templos de Angkor y poder disfrutar del amanecer.

Pensábamos que íbamos a ser los únicos intrépidos turistas madrugadores; nada más lejos de la realidad, allí había ya cientos, o miles, de personas; ILUSOS... incluso tuvimos que pasar un riguroso check-in para entrar al complejo sagrado, foto incluída.

Poco importa, aquel amanecer se ha convertido en el más especial que he vivido.


El momento en el que empiezan a retumbar unos invisibles tambores a la vez que despunta el alba y dibuja el perfil del majestuoso templo de Angkor Bat, envuelto por la neblina de la selva que nos rodea, llena de misticismo el ambiente y se convierte en una experiencia difícilmente superable. Se me ponen los pelos de punta solo de recordarlo... Estábamos tan motivados que no hicimos ni fotos, solo esta triste instantánea con el móvil.
amanecer en Angkor Bat
Amanecer en Angkor Bat
Pronto se disipa ese aura misteriosa y empiezan el calor y los mosquitos. La exploración de los templos es digna de una aventurera como Lara Croft, es lógico que fuesen allí a grabar "Tomb Raider", en total, hay más de 900 monumentos...

Angkor Wat es un santuario dedicado al dios hindú Vishnu y representa el universo espacial en miniatura. Es el templo más grande y el mejor conservado, máximo exponente de la arquitectura del imperio jemer. Impresiona!

No menos espectacular resulta el templo de Bayon, cuyas 54 torres están decoradas con las  sonrientes caras de Avalokiteshvara. Marea!
Bayon
Bayon

Bayon
Bayon
Baphuon es la representación piramidal del monte Meru. Enamora!
Baphuon

Baphuon
Y por último, el misterioso Ta Prohm dónde la naturaleza se apodera de la creación del hombre. Asusta!
Ta Prohm

Ta Prohm
Ta Prohm
No creo que seamos capaces ni de imaginar cómo fue este espectacular lugar en su época de máximo esplendor. Aquella época en la que, desde aquí, se gobernaba todo el territorio del Sudeste Asiático. 


No tuvimos tiempo para mucho más en La Cambodia, el viaje acababa de empezar y apuntaba maneras, ¡ya lo creo!

Queda claro que hicimos bien en planear esta escala en nuestro itinerario. Por si aún tienes alguna duda diseñando tu ruta, créeme cuando te digo que este es uno de esos lugares a los que hay que ir una vez en la vida.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario